¿Una proeza médica, la suerte, una real recuperación, una estrategia de defensa, por el poder y por el dinero, o qué?, por una razón personal, he seguido la info respecto de la salud del Presidente Venezolano, como también seguí la de Cristina Fernández actual Presidenta de Argentina, a quienes se les detectó cáncer, pero no cualquier cáncer sino ése del tipo digamos que delicado. He tenido la satisfacción de conocer a supervivientes del cáncer, varios de ellos con secuelas o lesiones significativas a propósito de tratamientos invasivos sustentadas en decisiones difíciles en intentos por continuar viviendo. He oído conmovida y con atención y admiración sus testimonios,sin poder evitar escudriñar en ellos cuáles pudieron ser las omisiones que predispusieron sino determinaron resultados fatídicos a propósito de esa enfermedad con varios de mis seres queridos y amigos. Cuando el polémico Presidente venezolano hizo algunas apariciones en la televisión la primera vez casi sin cabello y luego una siguiente trotando esforzadamente con sus militares en lo que se anunció como un ejercicio físico típico, pensé que ni el poder ni el dinero podían preservarlo de los estragos de este mal. Sin embargo al darse a conocer la noticia de que al estirparle a Cristina Fernández una glándula que en mi concepto era imprescindible para vivir, quiero decir, que hasta el momento de la emisión de la noticia yo no concebía seguir viviendo sin esta glándula y esto último respecto de Hugo Chávez, un trabajo prolijo de cirugía "estirpativa", por así decirde ése fenómeno que te arranca el cáncer sin dejarte lesiones, me deja sin defensas ante una mordaz suspicacia tan o más "invasiva" que los tratamientos de los que tengo conocimiento contra este mal, de modo tal que no puedo evitar concluir que "curarse del cáncer", es una situación inscrita en el dilema "inclusión / exclusión", son entonces o el poder, o el dinero, o los dos, factores que no sólo determinan la calidad de la curación, sino la calidad de la vida que te queda por vivir.